miércoles, 22 de septiembre de 2010

HITO Nº 2: LA MUJER EN EL VIRREINATO


En la época colonial, encontramos mujeres de diversas razas que eran de humilde condición social, tanto libres como esclavas, trabajando en el comercio ambulatorio, el doméstico, el curanderismo, las labores agrícolas, las pulperías, etc.[1]
Con la invación española se estableció el feudalismo como forma económico-social en el Perú, dando lugar a la división de la sociedad en clases sociales. La mujer india fue la principal víctima de la subordinación, opresión, discriminación y degradación sexual. Varios autores señalan que además de ser explotada en su hogar (trabajo doméstico) bajo el dominio de su marido o, como criada de los patrones españoles era utilizada como objeto sexual para los desmanes de padres e hijos españoles. La india era explotada y subvalorada dentro y fuera del hogar. El feudalismo estableció un tipo de sociedad muy jerarquizada, en la cual, a la diferenciación racial, se sumaron la social y la de género que tuvo consecuencias graves en la mujer.[2]
En el caso de la mujer, a través de esta doctrina la obligaban a permanecer en el hogar con la exclusiva tarea de servir al marido, a los hijos y/o a los patrones españoles, reconociéndoles así  las exclusivas obligaciones de ama de casa, esposa, objeto sexual y madre de familia. De acuerdo con estas concepciones, la mujer en la colonia, debería olvidarse de ella misma, para bienestar no sólo del hombre, si no de la sociedad. La mujer india y mestiza no tenían derecho a educarse, sólo podian vender o donar su fuerza de trabajo para lograr asegurar su sobrevivencia y la de su familia.[3]
Alguna mujeres del sector popular de la época colonial eran curanderas utilizaban la magia, la brujería como una forma de controlar diversos aspectos a su alrededor. Esta magia era utilizada por mujeres  para así obtener el amor de los hombres deseados, Juana de Mayo era una india especialista de los trabajitos de baños medicinales que brindaban a su clientela conseguir que las quisieran los hombres que ellas desearían. Así también esta curandera sanaba diferentes enfermedades con diversas hierbas, la utilización de la hoja de COCA como medio para predecir el futuro el cual era uno de sus más importantes poderes.

Existieron 4 Tipos de Mujeres:
  1. LA MUJER DE ELITE.- Tuvo como misión la conservación de las tradiciones castellanas, el fomento de la religiosidad en el hogar y la consolidación del modelo de vida familiar. 2
  2. LA MUJER MESTIZA.- Tuvieron que dedicarse a labores productivas o de servicio fuera de la casa: comercio, trabajo doméstico (sirvientas, blanqueadoras, costureras) y productivo (hilanderas, fabricantes de velas, y cigarreras), etc. 2
  3. LA MUJER INDÍGENA.- Su rol variaba según su puesto dentro de la sociedad: fue distinto ser una india de elite que una india normal, sin distinción dentro de la casta. Después de la llegada de los españoles, fueron ellas las encargadas de transmitir los rasgos tradicionales de la cultura indígena (en las tareas domésticas, el comercio, el vestido, etc. 2
  4. LA MUJER ESCLAVA.- Prestaban servicio doméstico y realizaban trabajos rudos en las haciendas. Eran traídas y vendidas al mejor postor.
¿Una educacion para las mujeres?--------------------
Desde el inicio del período colonial, Lima se convirtió en una ciudad de personas que llegaban de España, de otros lugares del virreinato, y en menor medida de la zona andina. En consecuencia, en el siglo XVII era una ciudad multiétnica, cuyos habitantes vivían en espacios comunes, y diferenciados: el damero para los españoles, el Cercado para los indios, y San Lázaro para los negros. En esta sociedad fuertemente jerarquizada, la legis­lación establecía otra diferencia: las mujeres de los hombres.
Estamos frente a una ciudad cuya población femenina el 50% de estas mujeres estaba en calidad de sirvientas y esclavas al servicio de las tareas domésticas. Mientras que las mujeres de la elite po­dían ocuparse de negocios pequeños como tiendas, e incluso en la administración de propiedades, las mujeres indígenas traba­jaron fundamentalmente en el campo y las esclavas en el ámbito doméstico.
Sin embargo, y aunque las mujeres no llegaron a modificar ni la economía ni la cultura colonial, "la impronta femenina fue decisiva y contribuyó a determinar relaciones de poder en el in­terior de las familias y entre los diferentes grupos socioeconómicos que convivían en las ciudades". Los lazos de solidaridad que se fueron creando entre las mujeres, su rol en la conservación de tradiciones y costumbres, sobre todo en el caso de las mujeres indígenas, y su capacidad para impulsar cambios, la sindican claramente en el periodo colonial como sujetos de cambio, es decir, sujetos históricos.

Pero si quisiéramos hacer un estudio a partir de la percepción que tenían las mujeres de sí mismas durante este período, sería imposible: la imagen de la mujer en la colonia fue una creación de los hombres. Intelectuales, educadores y directores espiri­tuales, le señalaron qué era lo propio de su mundo y cuáles eran los códigos del comportamiento "femenino". Durante estos años, teólogos y educadores fueron instituyendo un modelo de conducta y personalidad para las mujeres de la elite, donde pureza, honor, sumisión y obediencia al hombre las apoyaba y redimía. Honor como principio del modelo cultural hispano, que a lo largo de la colonia fue cambiando, adquiriendo plasticidad con las costum­bres y hábitos peninsulares trasladados al ámbito indiano.
La educatión de la colonia estuvo orientada a la instauración de universidades y colegios destinados básica­mente a los hombres de la elite. Para las mujeres sólo hubo al inicio dos opciones si querían estudiar o buscar protección: las casas de recogimiento y los conventos.

La familia colonial
En la colonia, la educación destinada a la mujer formaba parte del engranaje de una sociedad que la concebía como un ser inferior y subordinado al hombre. Los límites impuestos provenían también de códigos como las Siete Partidas, las Leyes de Toro, el Ordena­miento de Alcalá y las Ordenanzas de Castilla. En éstos se seña­laba que las mujeres estaban bajo la patria potestad (sujetas a la voluntad de su padre) hasta que llegaban a la edad de veinticinco años, que era cuando lograban tener independencia personal si permanecían solteras. Mientras estaban bajo la patria potestad, se les reconocía algunos derechos, como el de hacer su testamento sin interferencia paterna. Para contraer matrimonio requerían del consentimiento paterno antes de los 25 años, y una vez casadas, quedaban bajo la protección legal de su marido. Necesitaban su consentimiento y su permiso para efectuar cualquier operación legal.
Las mujeres vivían sometidas a un ordenamiento jurídico corporativo en lo que respecta a matrimonio y familia; mientras que la Iglesia ejercía otras funciones desde una perspectiva mo­ral y espiritual, que reforzaba el control de su conducta y com­portamiento cotidiano y social. Eran en sus roles históricos acto­res y objetos; y sus vidas personales y sociales oscilaban entre un extremo y otro. Es, precisamente en las variaciones y com­plejidad de este movimiento pendular que habrá que estudiarla como sujeto histórico, en el marco de una verdadera historia social que tome en consideración el papel que desempeñaron.
En esa perspectiva, cobra mayor importancia el estudio de la familia, los conflictos matrimoniales y los divorcios. Desde la primera generación, los españoles optaron por vivir amancebados con mujeres de diversa procedencia étnica y social, tanto con las mujeres de la nobleza nativa, como con sus criadas indígenas y esclavas de ascendencia africana. En este contexto, el concu­binato generalizado durante la colonia significó una forma de opresión socio-económica, racial y de género, puesto que en el amancebamiento, la regla general era que el hombre pertenecía siempre a una casta o a una capa social más elevada que de la mujer. El carácter del concubinato de los nobles españoles con mestizas, expresó el vasallaje masculino. La mujer no sólo fue utilizada sexualmente de manera clandestina y expuesta a una severa censura, sino que a los hijos que nacían de estas uniones se les consideraba "ilegítimos", y no podían ingresar a determinados colegios, ni ocupar cargos importantes, ni casarse con quien quisieran.
[1] VILLAVICENCIO, M. Breve historia de las vertientes del movimiento de mujeres en el Perú. Lima: Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, 1990. 45p.
[2] SILVA, E. Situación laboral, legal y política de la mujer peruana. /Presentado al VII Congreso Nacional de Enfermería, Lima, 1984/ mimeografiado.
[3] BUSTAMANTE, T. Interrelación de la situación de la enfermera peruana con la problemática de la mujer “Aspecto familiar”. /Presentado al VII Congreso Nacional de Enfermería, Lima, 1984/mimeografiado/
                         

 Un video de la "EPOCA COLONIAL"


           Aquí, un video sobre los hombres y hujeres en la Epoca Colonial


 ALGUNAS FOTOS DE LA EPOCA

BIBLIOGRAFIAS:

LIBROS:

  • VILLAVICENCIO, M. Breve historia de las vertientes del movimiento de mujeres en el Perú. Lima: Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, 1990. 45p.
  • SILVA, E. Situación laboral, legal y política de la mujer peruana. /Presentado al VII Congreso Nacional de Enfermería, Lima, 1984/ mimeografiado.
  • BUSTAMANTE, T. Interrelación de la situación de la enfermera peruana con la problemática de la mujer “Aspecto familiar”. /Presentado al VII Congreso Nacional de Enfermería, Lima, 1984/mimeografiado/.


PAGINAS WEB:
Chirapaq, Centro de Culturas Indígenas del Perú .Centro de Documentación Serie: Biblioteca (http://www.chirapaq.org.pe/es/files/qellqay/2007-007.pdf).

No hay comentarios: